Iba de camino hacia el aeropuerto de Milan Malpensa, recorriendo por la carretera los viñedos de Monferrato y la campiña de Asti, lo que es el corazón del Piamonte y no podía dejar de recordar a los Gonzaga, Señores y Marqueses de Mantua y también durante un tiempo, antiguos poseedores de una buena parte de estas tierras.
Antes de llegar a manos de los Gonzaga el Monferrato, había pertenecido desde finales del siglo X a la dinastía creada por Aleramo, que se extinguió a finales del siglo XVI y fue a partir de entonces cuando los Gonzaga tomaron posesión del Marquesado de Monferrato.
Iba repasando esta parte de la historia, mientras me dirigía a visitar la Iglesia de Santa María delle Grazie en Milán, aprovechando que tenía unas horas libres antes de coger mi avión camino de Madrid.
Fue en Santa María delle Grazie donde Leonardo da Vinci dejó uno de sus más fabulosos testamentos artísticos: el fresco de La Última Cena. Una interpretación artística de ese momento trascendental de la vida de Jesucristo que hasta entonces nadie había representado de esa forma y que de manera milagrosa, dada la fragilidad del lugar donde fue pintado y los malos tratos que ha recibido a lo largo de los siglos, ha llegado a nuestros días y podemos contemplarla. En la época de la invasión napoleónica del norte de Italia, el comedor que alberga el fresco fue pajar y establo para los caballos de los soldados.
Pero dejémonos llevar un poco por la historia. Los tiempos de Leonardo da Vinci en Milán son un poco anteriores a los breves tiempos de los Gonzaga en Monferrato. Hay que trasladarse a los finales del siglo XV, cien años antes.
El 24 de Octubre de 1.441, se casaba en Milán -en segundas nupcias para el novio- Francesco Sforza, un militar hábil, ambicioso soldado y gran táctico, con Bianca María Visconti, la hija natural del que sería el último Duque de Milán de la dinastía Visconti.
Al mismo tiempo en España reinaba Juan II de Castilla, que casado con María de Aragón, había tenido cuatro hijos, tres mujeres y un varón. El padre de María, Fernando I de Aragón, era hermano del padre de Juan II, Enrique III el Doliente. Juan II y María de Aragón eran, por tanto, primos hermanos. El hijo varón de este matrimonio se convertiría en Enrique IV de Castilla a la muerte de su padre.
El hombre de confianza del Rey y hombre más poderoso de Castilla,era Don Álvaro de Luna, que había ayudado al Rey de una manera muy especial contra los ataques de los Infantes de Aragón, hermanos de la Reina. Muy especial fue en concreto la resolución del golpe de Tordesillas en su favor, en 1.420, año de su primera boda, cuando con la ayuda de Don Álvaro, consiguieron escapar de Talavera de la Reina, donde estaba preso de su primo y cuñado, Enrique de Aragón, y resguardarse en el Castillo de la Puebla de Montalbán, de donde no consiguieron volverlo a reducir, lo que permitió a Juan II seguir en el trono. De Don Álvaro de Luna habla Jorge Manrique en las “Coplas por la muerte de su padre” y también Miguel de Cervantes en “El Quijote”.
Y de este mismo período escribo en otro post cuando hablo de Cristóbal Colón y su relación con Carlos de Navarra, Príncipe de Viana. El Príncipe de Viana era hijo mayor de Juan II de Aragón, hermano de María de Aragón. Juan II de Aragón y Juan II de Castilla eran cuñados.
Falleció María de Aragón la primera esposa de Juan II de Castilla en 1.445 y este se casó con Isabel de Portugal en Madrigal de las Altas Torres, el 17 de Agosto de 1.447. Isabel de Portugal nunca vio con simpatía al valido del Rey, Don Alvaro de Luna y, una vez más, quedó claro el impresionante poder de las mujeres: fue arrestado en el Castillo de Portillo, despojado de todos sus cargos y el 3 de Junio de 1.453 degollado en la Plaza Mayor de Valladolid.
De este segundo matrimonio de Juan II de Castilla nacieron dos hijos, Alfonso en 1.453, que falleció con 15 años de edad e Isabel, nacida en 1,451, que más tarde sería conocida como la Reina Católica. Por tanto, hermanastra de Enrique IV.
Pero volvamos a Milán. En 1.466 falleció Francesco Sforza, fundador de la dinastía Sforza en Milán. Una vez muerto su suegro, Fillipo Visconti, se hizo con el poder en Milán evitando la invasión de los venecianos y muy apoyado por la energía e inteligencia de su esposa Bianca, fue nombrado Duque de Milán e instauró la nueva dinastía Sforza. Le seguiría en el trono su hijo Galeazzo, que tan sólo gobernó por diez años y que el 26 de diciembre de 1.476, dos años después de haber sido nombrada Reina de Castilla, Isabel La Católica, fue asesinado por tres puñaladas en la Iglesia de Santo Stefano.
Como dato curioso, comentar que es en este asesinato donde se inspiran alguna de las partes del famoso juego de consolas Assasins Creed.
El trono, a la muerte de Galeazzo quedó en manos de su hijo menor de edad y tras un golpe de mano en 1.481, Ludovico, su tío se convirtió en Regente.
Un Gonzaga, Francesco II se había casado con Isabella d’Este, de la familia de los señores de Ferrara y los hermanos de Isabella, Beatriz y Alfonso, todos ellos hijos de Ercole I d’Este, Duque de Ferrara y uno de los principales mecenas del Renacimiento, se casaron con los hermanos Sforza. Alfonso con Anna Sforza y, en enero de 1.491, Beatriz d’Este con el gran Ludovico Sforza, entonces todavía Regente de Milán.
De la misma manera que en Castilla habían sido frecuentes las peleas entre los partidarios de los diferentes potenciales herederos, en Milán ocurría lo mismo casi al mismo tiempo. Por entonces, ya hacía más de 20 años que Isabel, hermanastra del Rey Enrique IV reinaba en Castilla. Isabel ganó a los que defendían los derechos hereditarios sobre la Corona de Castilla de Juana, la hija de Enrique IV conocida como La Beltraneja. Su propio padre tampoco quiso defenderla por evitar guerras fratricidas en Castilla.
En ese mismo tiempo los Borja, familia valenciana original de Xátiva, se estaban convirtiendo en una importante familia en los juegos de poder que se desarrollaban, amparados en la fuerza que les dio el hecho de contar con uno de los de la familia, Alonso de Borja, como Papa en Roma, reinando como Calixto III . Por poner también un poco en contexto al personaje, es importante resaltar que antes de llegar a ser Papa, jugó un importante papel en el proceso del Cisma de Occidente, por el que llegó a haber tres Papas en Europa, disputándose la Mitra de Pedro. Rodrigo Llanzol, el sobrino de Calixto III e hijo de Isabel de Borja, cambió su primer apellido por el segundo, pasó a llamarse Rodrigo de Borgia, italianizando el apellido y muy joven, con 25 años y por su relación familiar con el Papa que en ese momento llevaba un año ocupando la Cátedra de Pedro, se convertiría en Cardenal y gran aliado de los Reyes castellanos.
Unos pocos años después, en España la Reina Católica Isabel I recibía a un desconocido Cristóbal Colón, que le contaba su deseo de lanzarse a la Mar Océana con la ambición de encontrar un nuevo y más corto camino hacia las Indias Orientales. Negoció con él, y sin ser consciente probablemente de la importancia que tendría la empresa que estaba por financiar, le otorgó una serie de acuerdos y privilegios por medio de las llamadas Capitulaciones de Santa Fe, llamadas así por el lugar en el que se concedieron, que terminarían convirtiendo a Cristóbal Colón y a sus herederos en unos potenciales competidores de la Corona y que provocarían importantes preocupaciones tanto a Carlos I, su nieto y heredero, como a Felipe II, su bisnieto.
Son años de grandes cambios en Europa y en el mundo. El Renacimiento está brotando con una fuerza que nadie intuye y el futuro del mundo se comenzará a reescribir de una manera mucho más amplia con la ampliación de fronteras hacia las Américas en muy poco tiempo.
En 1.492, el mismo año en que Colón llegaba a América, Rodrigo Borgia salía elegido Papa de un Cónclave en el que parece ser que el tema más discutido fue el dinero que había que poner encima de la mesa para comprar los votos necesarios. Adoptó el nombre de Alejandro VI y gobernaría la Iglesia hasta su fallecimiento en 1.503. Sería Alejandro VI, como Papa quien despejaría las dudas acerca de los derechos de España y Portugal sobre América con las famosas Bulas Alejandrinas de 1.493. Y fue también Alejandro VI quien encargó a Miguel Angel Buonarotti la reconstrucción de la Basílica de San Pedro.
Dos años después de ser nombrado Papa, Alejandro VI, en 1.494 y entre otras cosas por su deseo de dejar un buen territorio a sus hijos naturales, que tuvo al menos nueve, se alía con Alfonso II, Rey de Nápoles, para intentar ocupar Milán y echar del trono a los Sforza.
El Rey de Nápoles y el Papa de Roma tenían importantes vínculos entre sí por su sangre española. Los vínculos españoles del Papa Borgia son claros. Voy a explicar un poco cuales eran los del Rey de Nápoles.
Alfonso II era bisnieto de Fernando I de Aragón. Fernando I de Aragón fue durante un tiempo heredero de los tronos de Castilla y Aragón mientras su hermano Enrique III el Doliente no tenía hijos. Pero nació Juan, que reinaría con el nombre de Juan II de Castilla y sería el padre de Enrique IV y de Isabel la Católica. Cuando murió el Rey Enrique III, su hermano Fernando I de Aragón fue Regente durante unos años y posteriormente pasó a ocupar el puesto de Rey de Aragón.
El padre de Alfonso II, Fernando I de Nápoles, era hijo bastardo de Alfonso V el Magnánimo, el hijo primogénito de Fernando I de Aragón. Alfonso V se había casado con su prima hermana María de Castilla, hija de Enrique III el Doliente, pero de ese matrimonio no nacieron hijos. Los hijos de Alfonso V nacieron de su relación con Giraldona de Carlino, de quien nació Fernando I de Nápoles. Alfonso II, Rey de Nápoles, era el hijo mayor de su primer matrimonio con Isabel de Taranto. Fernando I de Nápoles se casó en segundas nupcias con Juana de Aragón, hija del segundo matrimonio de Juan II de Aragón con Juana Enríquez. Juana de Aragón era hermana de Fernando de Aragón, el Rey Católico.
Mientras la corona de Nápoles pasaba de cabeza en cabeza y era también disputada por las diferentes monarquías europeas, gobernaba en Milán Ludovico, conocido como El Moro todavía como Regente. Es en esta época cuando Leonardo pinta el fresco de La Última Cena: entre 1.494 y 1.498. La Iglesia de Santa Maria delle Grazie, que había sido mandada construir sobre una antigua iglesia, como convento dominicano por Francesco Sforza, es transformada por Ludovico y engrandecida para convertirse en lugar de enterramiento para los Sforza. De hecho, une su Palacio con el Convento a través de un pasadizo secreto por el que puede ir a caballo entre los dos lugares. En la sala capitular, conocida como la Sala Bramante, donde se custodia hoy, y de hecho tuve la oportunidad de visitar, la mayor cantidad de obras originales de Leonardo. Tras un reloj que todavía se conserva, se escondía el pasadizo secreto por el que escapaba Ludovico a caballo. Son estos los años probablemente más difíciles de Ludovico.
En 1.494 consigue contener un primer ataque de Carlos VIII, rey de los franceses, aliándose conMaximiliano I, Emperador del Sacro Imperio. En 1.495 después de morir su sobrino y heredero del trono de Milán de manera más que sospechosa, es nombrado Duque de Milán y recibe la investidura por parte de los nobles milaneses y por parte del propio Emperador. El 3 de enero de 1.497 pierde a su mujer, Beatriz d’Este en un parto. La entierra en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie y en 1.498, tres años después de haber sido nombrado Duque de Milán y 17 desde que fuera nombrado Regente, es expulsado de Milán por el nuevo Rey francés, Luis XII, Luis de Orleans, que reclamaba su derecho a ese trono por ser nieto de la hija del primer Duque de Milán, Giangaleazzo Visconti. Luis XII invade el territorio milanés con sus soldados y mercenarios.
Ludovico fue hecho cautivo por los franceses en Abril de 1.500 y murió como tal el 17 de Mayo de 1.508.
El trono de Milán lo recuperó su hijo Maximiliano entre 1.513 y 1.515 y todavía hubo otro hijo más de Ludovico al frente del Ducado, Francisco II que recibió el ducado del Emperador Carlos I, cuando esta corona fue arrebatada a los franceses en 1.525.
Años después, Francisco II se enfrentó contra el mismo Emperador Carlos I, que le había devuelto el trono. Falleció sin hijos poco después, en 1.535.
Tras una breve guerra, entre 1.536 y 1.538 entre Carlos I y Francisco I, rey de los Franceses, el Ducado de Milán pasó a ser propiedad de la corona española.
A Francisco I le debió saber muy mal esta derrota, una nueva derrota contra el Emperador, después de la que había sufrido en Pavía en 1,525 que le tuvo prisionero en Madrid durante todo un año.
Pero Francisco I cuando perdió Milán no se fue con las maletas vacías: se llevo a París a Leonardo. Y Leonardo se llevó con el, entre otras cosas, la Mona Lisa. Desde entonces siempre ha permanecido en Francia.
Lo que hoy conocemos como el Museo del Louvre, el lugar donde está depositada la Mona Lisa, era una fortaleza medieval que el mismo Francisco I convirtió en el Palacio Renacentista que hoy conocemos.
¿Interesante o no todo este período?