¿Quién, de los que descubríamos el mundo a través de la televisión en los años 70 y 80 no recuerda a Bruce Lee? Murió en 1973, pero todavía en los 80 seguía apareciendo con frecuencia en la tele.
Era sin duda uno de nuestros ídolos: el que mejor luchaba, el que defendía los ideales más profundos y el que además era capaz de convertirse en un auténtico maestro del Kung Fu. Y al mismo tiempo se convirtió en actor de cine y en protagonista de películas de acción como “Puños de Furia” que seguro que muchos recordamos. Nos mantenía pegados a la televisión.
Por casualidad y por trabajo, en un momento libre entre reuniones en Seattle, al enterarme que era aquí donde estaba enterrado Bruce, junto con su hijo también desaparecido en circunstancias un poco extrañas mientras rodaba una película, no he podido dejar de venir a rendirle honores y también a rezar una oración por su alma.