Algunos medios se han hecho eco en las últimas semanas de la sentencia dictada el pasado 11 de abril por el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid en favor de Zinkia, con relación a la demanda interpuesta en octubre de 2010 por Guillermo García Carsi, uno de los uno de los tres co-autores del personaje Pocoyó.
En su demanda, Guillermo García Carsi solicitaba del Juzgado la nulidad de los contratos que previamente había firmado como argumentista, co-guionista , co-director y co-realizador de la serie y que le vinculan con la compañía.
La sentencia desestima todas las peticiones de Guillermo García Carsi, declarando todos los contratos válidos y vigentes y sólo determina que la cesión de derechos que en su día hizo Guillermo no alcanzará a las modalidades de utilización o medios de difusión desconocidos o inexistentes en el momento de su firma, según establecía una de las cláusulas. Al mismo tiempo, las instancias judiciales ratifican que las explotaciones a través de Internet sí quedan incluidas dentro de la cesión de derechos que Guillermo García Carsi acordó con Zinkia, y deniega el resto de pretensiones, incluidas las indemnizatorias o económicas.
Pero, bajo mi punto de vista, la principal aportación de la sentencia es que constata, tal y como venimos asegurando desde el principio, que la creación de la serie “Pocoyó”, así como su supervisión y coordinación fueron labores de Zinkia, realizadas en Zinkia y bajo la responsabilidad de Zinkia, que coordinó financió y estructuró a todo el equipo de profesionales de diversas partes del mundo que intervinieron, trabajando, aportando y colaborando en lo que hoy es la serie Pocoyó y el personaje Pocoyó, lo que convierte a Zinkia en la única “titular” de la obra, así como de sus derechos patrimoniales y de explotación.