Hace unos meses saltó la noticia de que el Rey Juan Carlos I había concedido a Vicente del Bosque, entrenador del equipo español de fútbol que alcanzó por primera vez el título de Campeones del Mundo en Sudáfrica en 2.010, el Marquesado de Del Bosque por su “…gran dedicación al deporte español y la contribución de don Vicente del Bosque González al fomento de los valores deportivos“.
No seré yo quien ponga en duda las palabras del Soberano al conceder el título nobiliario y, además, aunque con un poco de retraso, aprovecho desde aquí para enviarle mi más sincera y cordial bienvenida a Don Vicente al grupo de la nobleza titulada. Pero tengo para mí que detrás de este nombramiento hay otros motivos que los estrictamente expresados en la Carta de Concesión.