Winterthur, la casa Museo de Henri Du Pont, en Delaware

En uno de nuestros últimos días en Philadelphia, aprovechamos para ir a visitar la Casa Museo de Henry Francis du Pont (1.880-1.969), único hijo de Henry Algermon y Paulina du Pont.

Henri Dupont

Está situada en medio de una magnífica finca agrícola en el Brandywine Valley y considerada como una de las mejores, si no la mejor casa de campo de América (más información en http://www.winterthur.org/). Los du Pont son una de las familias más ricas de los Estados Unidos, que llegaron a América en 1.802. En este enlace se puede segur su evolución desde entonces http://www2.dupont.com/Heritage/en_US/index.html

La finca en la que está enclavada la Casa Museo la compró Eleuthère Irénée du Pont, fundador de la empresa duPont y segundo hijo de Pierre Samuel du Pont de Nemours. Pierre Samuel fue el primero de los du Pont en llegar a América, en 1.800 junto con sus dos hijos intentando dejar atrás una Francia destruida por la Revolución.  Eleuthère, el hijo pequeño de Pierre Samuel, compró una primera parte de lo que hoy es la finca en 1.839, tras montar con éxito su fábrica de pólvora y fue pasando la finca, al igual que la empresa, de generación en generación de unos a otros. El nombre de Winterthur viene del nombre de la sexta ciudad en importancia de Suiza de dónde era Jacques Antoine Bidermann,  el marido de Evelyne, la hija de Eleuthère que durante una generación fueron dueños de la propiedad. Al morir Evelyne, su hijo James Irenée en 1.867 se la vendió a su tío el Coronel Henry du Pont, cadete de West Point, héroe de guerra, senador de los Estados Unidos e importante empresario.

Este Henri du Pont, Coronel del ejército americano, era el padre de Henry Francis, quien convirtió Winterthur en lo que hoy es en cuanto a tamaño. Compró más de 20 granjas circundantes y transformó la finca en un verdadero paraíso, con estación de tren incluida para poder llegar a ella en tren con sus amigos. Era un hombre muy inteligente, trabajador y de un carácter extraordinariamente fuerte. Lo contrario que su hijo Henry, a quien los estudios no se le daban muy bien y cuya única pasión fue la agricultura, la jardinería y el ganado vacuno. Cuando a su padre le dijo que le gustaría criar vacas frisonas de la raza Holstein para poder obtener leche, el padre le contestó: “Me parece una espléndida idea!. Costará mucho menos que mantener un yate y además hará un bien a la humanidad”.

Una vez fallecido el Coronel, Henry Francis comenzó inmediatamente las obras de arreglo de la casa y de la finca, convirtiéndola en una casa de más de 150 habitaciones, creó un hospital para la zona, una oficina de correos, un departamento de bomberos y se lanzó al coleccionismo de artículos decorativos y mobiliario histórico americano. Con una sensibilidad y capacidad de discernimiento verdaderamente singular.

Actualmente, la colección que alberga la Casa Museo tiene más de 90.000 piezas y los jardines ocupan más de 30 hectáreas de las 400 que tienen la finca, con un parque “encantado” para los niños y una densidad y variedad arbórea realmente impresionantes. Es, definitivamente, una visita que merece la pena hacer.

 

 

 

 

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